miércoles, 24 de noviembre de 2010

Instinto perceptivo

Te gustaba y nunca se lo pudiste decir, eso te mata. Es mayor que vos, eso te atrapaba de alguna manera extraña. ¿Porque reís al entender su humor?
Te miraba con indiferencia, creías saber lo que significaba.
Los masajes mutuos que se daban en la espalda. Solo asi podían sentirse: tus dedos firmes desatando nudos en su espalda. Podías sentir el aroma de su pelo, observar las curvas de su oreja, los pequeños bellos que recubren el perfil de su cara. Quisiste besarla y no te animaste.
La manera de moverse cuando se pone ansiosa. Mueve los pies de un lado al otro mientras agita la varita con la cual sostiene su pelo.
Como te mira bajo el cerquillo de su larga melena. Te conozco: sé que te vuelven loco las morochas.
Lamentas no haber encontrado el momento para decirselo, ni la forma. Culpas a tu inmadurez. Se fue y te quedaste en el anden, sin poder despedirte.
La tierra gira, es temprano y el destino implacable. La ansiedad solo sirve para arruinar falsas expectativas.