jueves, 22 de agosto de 2013

Una increíble historia: The Imposter (2012)

El impostor es una historia real que fue llevada a la ficción porque no podía quedar archivada como los casos más enigmáticos del FBI. Por si fuera poco, Interpol también estuvo involucrada porque supuso una tarea internacional en cuanto a su resolución.


En 1994, Nicholas Barcay, un niño tejano de 13 años, desaparece sin dejar rastro. Tres años más tarde aparece en España y asegura haber sido raptado y torturado por sus secuestradores. De inmediato, la familia cruza el Atlántico en su búsqueda, pero al reencontrarse con él notan severos cambios: quién antes era rubio y de ojos azules, ahora es moreno y ojos color café. Esto no es lo más extraño, sino que la familia, acaso con intención de recuperar una dolorosa pérdida, tal vez por el poder de persuasión del chico, lo adopta y actúa como si no pasara nada. Él tiene sus argumentos, ellos le creen.


Pronto la prensa internacional da cuenta del curioso caso que tiene varios cabos sueltos: ¿Cómo es posible que sea un impostor si la familia lo reconoció como legítimo? ¿Trauma psicológico o aceptación por conveniencia? ¿Qué se está ocultando? ¿Cómo saber quién es en realidad este chico? Es posible mentir a gente común, policías, investigadores privados, a la prensa internacional, pero no a un detector de mentiras.



lunes, 2 de julio de 2012


Cuando generar dinero no vale tanto como compartir una buena cerveza




Las mejores cervezas de Bélgica se hacen en los monasterios católicos, sin duda, pero quién fue el primero en descubrir la receta para este elixir del cielo? La primera abadía es la de Westvletergen, fundada en 1931 por los monjes trapenses, encargada en fabricar una de las mejores cervezas del mundo. Según la página RateBeer, en 2005 fue elegida como la mejor del mundo. La receta se ha mantenido en secreto por 170 años.


Las cervezas trapenses son elaboradas en monasterios. Su nombre proviene del monasterio ubicado en La Trappe, Francia, fundado a principios del siglo pasado. Solo existen 6 marcas de cerveza belga con denominación “trapense”: Achel, Chimay, Orval, Rochefort, Westmalle y Westvletergen.


Lo más curioso es que teniendo una de las mejores cervezas del mundo, no usan ese argumento para ganar millones. Se nota que no son capitalistas, ni aprovechan del poder de Su palabra para ganar dinero, como suelen hacer algunos “tipos bien” abusando de la palabra del Señor. Bien rostizados van a quedar esos tipos después del Juicio Final, pero dejemos lo meta-religioso y volvamos a meterle a la historia.


En el citado monasterio producen apenas 60 mil cajas por año, igual que desde 1946, muy poco para abastecer al mercado cervecero mundial. Su poca producción quizás sea la responsable de conservar el sabor complejo y profundo que la ha hecho conocida. No producen más porque éste no es su verdadero objetivo, sino seguir con su vida espiritual. Con lo que generan, ya es suficiente para tirar todo el año. “Incrementar la producción no es una opción… Puede interferir con nuestro trabajo como monjes”, afirmaba el hermano Joris para el Wall Street Journal.


Si uno quiere degustar esta exquisitez, lo único que puede hacer es dirigirse al frente del monasterio, ya que solo allí se puede comprar, dependiendo claro del stock existente. Frente al monasterio hay un bar llamado In De Vrede (La Paz), con un museo dónde se explica cómo se hace la cerveza y cómo viven los monjes. Allí se puede comprar un par de botellitas, previa llamada telefónica dando solo la matrícula del coche para fijar cita. El día y hora señalada usted se presenta con su coche para recoger como máximo dos cajas por vehículo. Las cervezas “especiales” comienzan a llegar al mercado uruguayo, por ejemplo la Chimay normalmente ocupa su lugar en las góndolas del Disco. Vale la pena gastarse unos pesos más y saber disfrutar de una buena cerveza. Más aún sabiendo que viene de las fértiles manos de un monje trapense.


lunes, 21 de mayo de 2012

Mirada crítica


ELEFANTE BLANCO (mayo 2012)






La última película de Darín me pareció buena, dura, pero fiel reflejo de un sector de la sociedad argentina: las villas. Pobreza, violencia, injusticia, corrupción y lucha son sinónimos de la vida en la villa 31. También respeto y piedad para los más desfavorecidos. Hay una historia de entrega y ayuda por parte del sacerdocio, que se mezcla con la impotencia y el cansancio que provoca aquel acto de voluntad.

Trapero nos mete en la villa misma y nos hace recorrer de este lugar sin recursos, donde la lluvia se vuelve una gran incomodidad para sus habitantes. Después todo lo que ya conocemos: cumbia, tiros de pistola, narcotráfico y edificios sin terminar. La película por momentos coquetea con mostrar la corrupción en la iglesia, sin ser explícito en cuanto a su opinión al respecto.
Una vez más el cine argentino nos muestra políticos deshonestos, lo que ya se reconoce como patrimonio nacional. En este lugar la justicia no se acuerda de quién actúa con buena voluntad, ni de las personas que apuestan a favor del cambio de consciencia social.

Sin duda es una historia que sólo podría funcionar en un país como Argentina. Bien planteado por parte de los realizadores que nos muestran la cruda verdad en uno de los lugares más desfavorecidos. Donde por supuesto, la culpa no es de quienes cometen los pecados.

sábado, 19 de noviembre de 2011

“Todos los países tienen en su corazón, otro país posible”- Entrevista a Eduardo Galeano


*Traducción del artículo de Sebastien Lapaque, publicado en la revista "Le figaro" de París

Nacido en Montevideo en 1940, periodista, ensayista y narrador, el escritor uruguayo Eduardo Galeano fue desde siempre uno de los principales actores en la lucha por la emancipación de América Latina. Como uno de los principales defensores de la verdad, exiliado durante la dictadura militar, dio pruebas durante cuatro décadas de su infatigable actividad intelectual y militante, al publicar mas te treinta obras que quedarán como testimonio de una conciencia libre en un mundo oprimido, pero con un espíritu capaz de celebrar las bondades de la tierra. Entre sus obras más conocidas, fueron traducidas en diferentes idiomas Las venas abiertas de América Latina (1971), Días y noches de amor y guerra (1987), Úselo y tírelo (1994), Fútbol a sol y sombra (1998), Las palabras andantes (1993) y recientemente El libro de los abrazos (2006). Para evocar junto a Eduardo Galeano nuestra América Latina, los movimientos del mundo, los desastres ecológicos y el futbol uruguayo, lo encontramos en el Café Brasilero para nuestro “rendez-vous” literario de Montevideo en el corazón de la ciudad vieja dónde lleva a cabo sus actividades.

Luego de un ciclo de dictaduras que duró hasta mediados de la década del 80 y un momento neo-liberal sin acabar, ¿cómo define usted la era en la cual entró América Latina hace ya diez años?

El carácter tan rico, tan contradictorio y tan diverso de Latinoamérica aparece en los aspectos no visibles de la realidad. Parece entonces importante aventurarse a descubrirlos. No hay que encarcelar la realidad económica y política en un círculo. Lo que observo a diario, es que estamos tomando conciencia, cada vez de manera más efectiva, que la libertad que nos da el dinero implica aprisionamiento de las personas. Identificar a la libertad de mercado con la libertad del ser humano es un grave error. Tenemos pues la libertad de crear un mundo diferente, en el cual la economía no sea enemigo de los seres humanos.

¿Le asombraría ver que el modelo de mundo diferente que tanto reclama hoy en día la humanidad puede venir desde América Latina?

No creo que los modelos. Prefiero hablar de esperanza o de energía creadora, que se manifiestan de manera muy diversa. Si no, corremos el riesgo de caer en un adoctrinamiento o profesar un fundamentalismo. Mucha gente que creyó en la verdad del mercado como única realidad posible ha convertido a la verdad de Estado como maestro absoluto y único responsable de la omnipotencia del mercado. Es la experiencia de Cuba, por ejemplo, y no creo que haya sido exitosa.

Se puede comparar dos modelos políticos como la ruptura radical como la que quiso Hugo Chavez en Venezuela y la práctica reformista aplicada por Lula en Brasil?

Son contradictorias, pero son la prueba de que aún siguen vivas. No debemos tener miedo a la comparación, es algo inevitable, casi necesario de la realidad y velocidad sorprendente de la vida misma. La contradicción que acompaña los procesos de cambios dentro de los países latinoamericanos en la actualidad, me resulta mucho más difícil de resolver. Es la que confronta a los derechos de la naturaleza con las necesidades del desarrollo. Las políticas sociales y ecológicas no siempre se ponen de acuerdo. Es por lo tanto necesario no repetir la experiencia de gasto desmesurado de los recursos naturales sucedido durante la época colonial.

Esta contradicción entre los derechos de la naturaleza y las necesidades de desarrollo se puede observar en Brasil desde hace veinte años. La deforestación se enlenteció cuando la economía nacional sufría, mientras que su crecimiento fue evidente al controlar la inflación y asentarse el crecimiento. ¿Es esto inevitable?

En el caso brasilero, la política de Lula fue muy progresista en lo que concierne a la lucha contra la miseria y las ilegalidades. Pero en lo que respecta a la relación con la naturaleza y la conservación de los recursos, es otra historia. Pienso que es la herencia de una cultura dominante que separa todo lo que toca: el cuerpo del alma, el pasado del presente, la naturaleza y la cultura. Los derechos humanos y los de la naturaleza son entonces dos cosas diferentes, pero con una misma dignidad. Hay contradicciones difíciles de superar, no se debe negarlas, sino encontrar una síntesis que nos permita avanzar sin destruir la posibilidad de un diverso futuro. Cuando veo los desechos producidos por las mineras multinacionales, las plantas de extracción de celulosa a base de eucaliptus o el monocultivo de la soja, muchas veces aplicando siembra directa en Uruguay, digo que es pan para hoy, pero hambre para mañana. Es muy difícil de defender porque la mayoría de la gente — incluso los gobiernos progresistas de la región — cree en las mentiras publicitarias de estas empresas que vienen a ofrecer fortunas repentinas.

En occidente, Lula goza de una sólida cuota de simpatía. ¿Cómo explica usted que las experiencias de cambio propuestas por Evo Morales en Bolivia y Hugo Chavez en Venezuela estén cargadas de tanta sospecha?

Es una vieja historia. Los países más ricos, los más desarrollados, los más dominantes, se apropian siempre el derecho de decir que son países democráticos, cuáles no lo son, y cuál es la receta, impuesta por el exterior, para volverse democráticos para ser aceptados en lo que llamamos la comunidad internacional— pero no son más que un club de guerreros y de banqueros.

¿Cómo distinguir lo específico de la pequeña República oriental de Uruguay en el grupo de grande naciones latinoamericanas?


De nuevo, hay que evitar aplicar del exterior un esquema rígido sobre una realidad tan compleja como la del mundo latinoamericano. En este sentido la diferencia no es una falta, sino una virtud. La cosa más linda del mundo es la cantidad de mundos que el mundo contiene. Uruguay es una democracia de raíces muy ancianas, con un buen nivel de formación cultural y política de la población. La gente joven se ha ido al exterior para encontrar buenos empleos, mejores salarios y mejor calidad de vida. Así exportamos nuestra mano de obra, incluso nuestro pie de obra: hay 240 futbolistas profesionales uruguayos en el extranjero.

Hoy, ¿el desarrollo de Uruguay sigue el camino de Brasil?

De hecho, está muy ligado al de Brasil. En el campo, la proporción de empresas y capitales brasileros es sorprendente. Pero también es lógico: estamos unidos a Brasil, no solo geográficamente, sino desde el punto de vista cultural. Entre Argentina y Brasil, los dos gigantes de la región, Uruguay debe luchar en busca de un espacio de independencia donde pueda jugar su propio rol. No es tarea sencilla, pero pienso que hemos avanzado bastante, incluso si los deseos de hegemonía no han desaparecido. En cada minúsculo pedazo de mundo, cada conflicto y cada contradicción son semejantes a los de todo el mundo.

A pesar de la diversidad dentro de América Latina, se observa una unidad que autoriza a Brasil a reclamar su lugar como miembro del Consejo de seguridad de la ONU, para representar no a los guerreros y banqueros, como usted dice, sino a todo el continente. ¿Cómo interpreta usted esta solicitud?

Veremos a futuro si es o no algo bueno. El problema del Consejo de seguridad de la ONU, no es la cantidad de miembros, sino el derecho de vetar que poseen cinco de ellos. Cuando hablamos de organizaciones internacionales, olvidamos que de internacionales sólo tienen el nombre. El banco mundial es dirigido por ocho países. Y las Naciones Unidas se rigen bajo el mandato de esos cinco países que tienen derecho de veto en el seno del Consejo de seguridad. Todos los otros son simbólicos. La realidad más llamativa de la ambigüedad en estas organizaciones internacionales, es el hecho que los cinco países que poseen derecho a veto en la ONU, para preservar la paz mundial, sean los mayores fabricantes y vendedores de armas en el mundo.

Cuando escuchamos que Brasil, Argentina, Bolivia, Venezuela, la Guayana Francesa y mismo Ecuador dan a conocer su opinión acerca del destino del estado Palestino, entendemos que América del Sur quiere imponerse con sagacidad cuando sus objetivos pueden no ser los mismos que los de EEUU y Europa. ¿Cree usted en esta solidaridad diplomática que aportaría otro mensaje al mundo?

Sí, por supuesto. Espero que podamos construirla y asentarla, porque en la soledad eso es difícil de llevar a cabo. Desafortunadamente, la unidad, es muy complicada. Porque la opresión no concierne solamente a dos eslabones, sino una larga cadena, dónde cada eslabón oprime otro más pequeño¬¬¬―o más solitario. La situación de desigualdad entre Brasil y sus vecinos Uruguay, Paraguay y Bolivia. Desigualdad entre estos países que tienen el deber y sobre todo la esperanza de unirse para desarrollar una política común creada de los obstáculos.

Luego de Las venas abiertas de América Latina, su obra fue testigo de algunos aspectos sombríos de la realidad. En Las palabras andantes, recuento de historias ilustradas por el dibujante brasilero José Francisco Borges, usted quiso sin embargo evocar la felicidad de los pueblos latinoamericanos. ¿Esta felicidad es la que llega al mundo, que sentimos viene envejeciendo?

La coexistencia de la tristeza y la alegría, son las luces y sombras de la realidad. Se trata de mi fuente principal de inspiración. Cuento pequeñas historias que tiene por vocación ayudar a ver la Gran Historia. Como en un mosaico, pequeñas superficies de color componen el cuadro inmenso que es la realidad. Veo al universo entero a través de mis pequeñas historias de todos los días que son a la vez fuente de alegrías y tristezas, como si miráramos una habitación desde el agujero de la cerradura. Es una manera de revelar a mis lectores la posibilidad de vivir a pleno pulmón, con toda la energía posible. Es importante para mí conservar la capacidad de celebrar la realidad y el coraje de denunciarla.

“¿Para qué sirven las utopías? Para caminar”, escribe usted en Las palabras andantes. Esta promesa de frescura, de inocencia y de improvisación, ¿es el regalo que América del Sur tiene para hacerle al mundo en la actualidad?

Todos los países tienen en su corazón y en su vientre otro país posible, así como la posibilidad de redescubrirse. No solamente en América Latina, en Uruguay o en Brasil. Cada porción de mundo tiene otras realidades para ser descubiertas y re hacer el arco iris terrestre. Este arco iris con los colores tradicionales fue mutilado por el machismo, el militarismo, el racismo y el colonialismo que nos han dejado viudos de nuestra plenitud. Es por esto que escribo. Busco redescubrir los colores inéditos del arco iris terrestre, despreciados a lo largo de la Historia.

De la era de las dictaduras militares a la de portadores de esperanza en la cual estamos, la historia política de América Latina reveló varias sorpresas. El futbol tuvo también esta cualidad de sorprender. En Futbol a sol y sombra, publicado en Uruguay en 1995, se lamenta que la celeste ya no tiene el nivel para ser rival de peso de los grandes equipos. Treinta años después del gol de Vittorino que dio la victoria en la final del Mundialito, frente al Brasil de Zico, Sócrates y Júnior, el equipo uruguayo liderado por Diego Forlán iluminó el mundial de Sudáfrica con su romantiscismo rescatado de alguna otra época…

La victoria en el Mundialito de 1981 es muy elocuente. La idea inicial era ser una fiesta de la dictadura, pero se transformó en una fiesta contra la dictadura. En el estadio Centenario, la gente se puso a gritar: “¡Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar!”. Amo estas paradojas, son fuentes de esperanza. Es lo mismo con el cuarto lugar del equipo uruguayo en el mundial 2010. Es la prueba de que tenemos todavía la posibilidad de formar un equipo, a pesar del exilio de nuestro mejores jugadores en Europa, como por ejemplo Edinson Cavani, quién es hoy la estrella del campeonato italiano con el Nápoles, o Luis Suarez, revelado en Holanda y hoy en el Liverpool. Estos jugadores pusieron fin a un largo período, que comenzó a fines de los años 60, en el cual se confundió el coraje con el juego sucio y malintencionado. Esta confusión no era nuestro destino, no era conforme a nuestra historia. La mayor gloria de todas las historias del futbol uruguayo, es nuestra victoria 2-1 contra Brasil en el estadio Maracaná de Rio, en la final de la copa del mundo 1950, luego de ir perdiendo 1-0 comenzando el segundo tiempo. Aquél fue un verdadero milagro, nadie lo podía creer. En el curso del partido, Uruguay cometió la mitad de las faltas de Brasil. Es decir, la identificación entre la brutalidad y el coraje era falsa.

¿El fútbol uruguayo estaría intentando reencontrarse con su alma?

Puedo observar una tendencia a reencontrarnos con nuestro prestigio, el cual no considero totalmente perdido. Uruguay ha contado mucho de la historia del futbol mundial. Es el primer equipo nacional en incorporar un jugador negro en su selección, como lo fue José Leandro Andrade, quién fue uno de los héroes de la victoria uruguaya en los Juegos Olímpicos de 1924 en París. Tres años antes, Epitácio Pessoa, presidente de la República del Brasil, había ordenado a los entrenadores de su país no citar jugadores negros por razones de prestigio patriótico. Uruguay lo hizo e impuso un futbol de muy alta calidad. A primera vista parece inentendible, porque Uruguay es un país muy chiquito, con poca población: 3.5 millones de personas. Es como un barrio de Buenos Aires o de San Pablo. ¿Cómo se explica el milagro de ganar dos Olimpiadas en 1924 y 1928, y dos mundiales en 1930 y 1950? Por una política pública oficial de promoción de la educación física. A partir del gobierno de Pepe Batlle, a comienzos del siglo XX, el Estado impuso la educación gratuita, laica y obligatoria que no se preocupa solo por la cabeza, sino por todo el cuerpo. Es así cómo fueron construidos estadios de futbol y lugares dedicados a la cultura física por todas partes del país. De ahí el origen de grandes jugadores uruguayos entre los años 1920 y 1930.

¿Cómo pudo perderse esa energía nacional?

Por el decline del Estado, al cual le reconocíamos un rol muy fructífero y una autoridad fundadora remarcable que posicionó a Uruguay en la vanguardia del mundo entero, por ejemplo en los derechos. ¡Imagine que mi abuela era divorciada! En los años 1915-1920, el analfabetismo desapareció en Uruguay, la nacionalización de servicios públicos esenciales estaba completa. Más tarde, la jornada laboral de 8 horas fue impuesta, antes que en los EEUU; el derecho a votar de las mujeres fue reconocido en 1932, antes que la mayoría de los países. Así en varios aspectos. Lamentablemente, en los años 1960-1970, el país cayó en un período de desintegración de Estado, debilitamiento de la fuerza pública y de decline nacional. Pero estamos remontando, es una resurrección.

Viajando por Uruguay, nos damos cuenta que los ríos son limpios, la naturaleza preservada y la polución muy baja. Varias veces usted ha puesto la atención sobre
los riesgos de las catástrofes climáticas. ¿Ese peligro ya ha pasado?


No, y se mantiene muy fuerte. Hay dos empresas gigantes de producción de celulosa, Stora Enzo y Aralco que han instalado sus plantas que dañan el medio-ambiente. Las consecuencias pueden ser dramáticas. Uruguay es un país muy chico que no puede darse el lujo de soportar el peso de dos gigantes de producción de celulosa. No hablo de la producción de papel, el origen del conflicto con Argentina casi solucionado ya. Me refiero del millón de eucaliptos plantados por todo el país para abastecer las necesidades de estas firmas. El eucalipto acidifica la tierra, envenena el aire, ensucia las aguas. Estamos en peligro. Lamentablemente estas gigantes empresas contrataron o pagaron coimas a periodistas, publicistas y políticos. La población se convenció que se trata del progreso, un regalo caído del cielo y que estas inversiones van a dar miles de nuevo empleos. Ya hemos experimentado el dominio de esta producción de celulosa en un monocultivo con la empresa finlandesa Botnia, que había prometido 15.000 empleos y que finalmente creó 300. Se repite la historia de América Latina después de Cristóbal Colón. Con el oro, con la plata, con el caucho, con el petróleo, con la celulosa, es siempre el mismo escenario. Hace falta mucho coraje para decir y repetir sin cesar: “É o pão para hoje e a fome para amanhã”, “Es pan para hoy, pero hambre para mañana”. Es todo el peligro que acarrea la mono producción extractiva. Las plantaciones de eucaliptos son una falsa forestación. Son árboles plantados en filas que caminan en dirección del mercado internacional como buenos soldados, al compás de una marcha militar, provocando catástrofes en la naturaleza. Es una experiencia muy dura, porque la causa ecológica no es en verdad muy popular en Uruguay. Sus seguidores son vistos como enemigos del progreso. Incluso la izquierda piensa que son estupideces. Sus dirigentes quieren a todo precio hacernos entrar al mundo. El problema es saber por qué puerta. ¿La puerta principal o la puerta destinada para los perros y el servicio?*

Presentación de la revista +30-30

Llegamos hasta la chacra El Solar, ubicada sobre la ruta 101, para asistir a la presentación de la revista +30-30. Al entrar al salón, enseguida notamos el buen gusto y el buen aprovechamiento de los espacios que fueron ocupados por varios sponsors: Fernet Branca, Johnny Walker, BC y Bar One fueron algunos de las marcas que auspiciaron el evento así como la primera edición de la revista. Su director, Fernando Cristino, fue el host de la noche que recibió desde el primer hasta el último invitado en la puerta del salón. Entre el numeroso público, estuvieron presentes varias personalidades de la farándula uruguaya. Así, pudimos ver y conversar con Julio Rios, Jessica Zunino, Flavia Pintos y varias de las modelos que forman el staff de Fernando.

Luego del brindis de bienvenida y cuando los invitados fueron agarrando temperatura, sorteando la fría brisa que coronó la noche, en la terraza exterior se llevó a cabo la presentación. La revista cuenta con dos principales secciones, una para el público mayor de 30 años y la otra para menores de 30. Las fotos de tapa de la primera edición presentan a Julio Ríos y Claudia Fernandez respectivamente. Se trata de una propuesta innovadora que apunta a diferentes generaciones, pudiéndose comparar las diferentes actividades entre el público objetivo. En cada edición se tratarán temas de interés por éstas dos franjas etarias, contando también con secciones en común. Moda, gastronomía y eventos sociales son algunos de los tópicos más recurrentes. Asimismo, las secciones en común contarán con información referente al turismo, deporte y salud, automovilismo y una cartelera de espectáculos, entre otras temáticas.

Con este nuevo y moderno diseño, que cuenta con el detalle de tener dos tapas, se busca captar la atención del público. La distribución de los ejemplares se hará de manera específica. Para el público +30, Fernando y su equipo buscarán en se base de datos empresariales, así como en eventos sociales para repartir los ejemplares. Los lectores -30 podrán encontrar los suyos en diferentes lugares, contando con el apoyo de la universidad ORT para su distribución entre el público estudiantil.

martes, 4 de enero de 2011

Lift me up

Viajaron por la noche, en el Packard de Tara; la suspensión cedió por completo bajo el peso de cuerpos y equipos de cámaras. En sus viajes por el país, Hank había descubierto que el cáñamo indio crecía como la hierba al rededro de casi todas las aldeas, en las reservas de Zululandia y en el Transkei. En este clima la planta alcanzaba la altura de un árbol pequeño. Sólo algunos miembros de las generaciones más viejas de negros fumaban sus hojas secas; aunque se la había prohibido como planta venenosa y figuraba como droga peligrosa, su empleo estaba localizado y restringido a los negros más primitivos de las regiones más remotas, pues ni los blancos ni los africanos educados se rabajaban a usarla; por lo tanto, las autoridades no hacían mayor esfuerzo por prohibir su cultivo y venta. Hank había descubierto una provisión infinita de eso que él llamaba "oro puro" por unos pocos centavos.
-Hombre, una bolsa de esto, en las calles de Los Ángeles costaría cien mil dolares- murmuró, satisfecho, mientras encendía un cigarrillo armado a mano y se acomodaba en el asiento trasero del Packard . El pesado incienso de las hojas colmó el interior. Después de algunas bocanadas, Hank pasó el cigarrillo a Kitty, que estaba en el asiento delantero. Ella aspiró profundamente el humo y lo retuvo en sus pulmones por tanto tiempo como pudo; después lo exhaló en un torrente claro contra el parabrisas. Luego ofreció la colilla a Tara.
-No fumo tabaco- le dijo Tara, con cortesía.
Todos rieron.
-No es tabaco, queridita- le dijo Hank.
-¿Y qué es?
-Aquí lo llaman dagga
-Oh bueno-tomó la colilla, manteniendo la mano sobre el volante-¿qué se hace con esto?
-Succiona y retén el humo-aconsejó Kitty-. Después disfruta.
El humo le hizo arder la garganta y los pulmones. Sintió que se relajaba lentamente; un leve resplandor de euforia hizo que su cuerpo pareciera liviano como el aire y su mente, algo limpia. Todos los tormentos de su alma se tornaron triviales y quedaron atrás.
-Me siento muy bien -murmuró.
Cuando los otros rieron, ella rió también y siguió manejando en medio de la noche.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Instinto perceptivo

Te gustaba y nunca se lo pudiste decir, eso te mata. Es mayor que vos, eso te atrapaba de alguna manera extraña. ¿Porque reís al entender su humor?
Te miraba con indiferencia, creías saber lo que significaba.
Los masajes mutuos que se daban en la espalda. Solo asi podían sentirse: tus dedos firmes desatando nudos en su espalda. Podías sentir el aroma de su pelo, observar las curvas de su oreja, los pequeños bellos que recubren el perfil de su cara. Quisiste besarla y no te animaste.
La manera de moverse cuando se pone ansiosa. Mueve los pies de un lado al otro mientras agita la varita con la cual sostiene su pelo.
Como te mira bajo el cerquillo de su larga melena. Te conozco: sé que te vuelven loco las morochas.
Lamentas no haber encontrado el momento para decirselo, ni la forma. Culpas a tu inmadurez. Se fue y te quedaste en el anden, sin poder despedirte.
La tierra gira, es temprano y el destino implacable. La ansiedad solo sirve para arruinar falsas expectativas.